Venture capital puede traducirse, de manera literal, como capital de riesgo. Esta constituye una forma de financiar a emprendedores, apoyando proyectos emergentes, de pequeño o mediano tamaño.
Normalmente se trata de startups que se encuentran en su primera fase, pero que muestran gran potencial. Estas son empresas que, por supuesto, no cotizan en la bolsa y les resulta difícil obtener fondos por otros medios.
Y es que dichos emprendimientos no sólo no cuentan con un historial que pueda mostrarse como requisito para un crédito bancario, sino que incluso se considera que una operación de este tipo puede resultar de riesgo.
Pero, el venture capital constituye una respuesta. Y a cambio del apoyo económico, la persona o grupo que financia obtiene acciones de la compañía, así como la posibilidad de tomar decisiones a futuro dentro la empresa.
Por su parte, la startup, además de capital, puede obtener contactos y asesoramiento estratégico, ya que un inversionista suele escoger proyectos en áreas en las que tiene experiencia.
¿Cómo atraer inversores?
Por supuesto, para que alguien invierta dinero a través de venture capital, debe asegurarse de que se trate de esquemas de negocio escalables y con buenas perspectivas de crecimiento.
A tales fines, la startup debe procurar mostrarse de una forma que atraiga el interés de los inversionistas. ¿De qué manera se hace esto? Veamos.
Innovación es la clave
Definitivamente, si algo va a atraer a inversionistas interesados en poner dinero en una idea es evidenciar que se trata de una propuesta disruptiva, única. Al respecto, los expertos señalan que este es uno de los rasgos más valorados, ya que permitirá crear un nicho en el mercado.
Modelo escalable
Otro aspecto, común a las startups, es demostrar que se trata de un modelo de negocio escalable, de manera que se pueda desarrollar a partir de una idea básica, y seguir creciendo sin perder la esencia, logrando cada vez una repercusión mayor.
Estudio de mercado
Tal como debe suceder con cualquier empresa que se inicia, se requiere un estudio de mercado previo, para identificar una necesidad existente y que la misma no ha sido debidamente atendida por la competencia, por lo que el servicio a brindar debe tener buena receptividad.
Tener un plan
Hay que tener un plan. Y más aún, mostrarlo. En este sentido, el emprendedor no debe guardarse informaciones, sino exponer todo lo concerniente a objetivos, necesidades de financiamiento, acciones a desarrollar, proyección de rentabilidad, ya que el inversionista desea saber en qué se está metiendo.
En tal sentido, un plan de negocios claro y detallado permite explicar mejor cuál es el camino que se seguirá. Por supuesto, el inversionista piensa en sus ganancias. Y hay que estar claros en esto, y hacérselo saber, en todo momento.
Inversionistas con experiencia
No se trata de ponerse exigentes, sino que es más probable convencer a un inversionista que tenga experiencia en el área en que se desarrolla el emprendimiento. Si es una persona con conocimiento en turismo, tal vez no vea tan clara cuál es la novedad en una propuesta de logística. Así que también hay que saber enfocar la búsqueda.
Preparar una buena presentación
Al momento de la ronda de negocios, hay que preparar una buena presentación, hablando de la compañía, sus valores, el mercado, los costos, el potencial y los posibles resultados en cuanto a rentabilidad. Todo esto debe hacerse de manera clara, y sin tratar de alterar informaciones para quedar mejor.
Un equipo empresarial atractivo para los inversores
Pero no solo se trata del negocio en sí. Las personas son la clave del asunto. Recordemos que estamos hablando de empresas que apenas comienzan, y donde casi todas las responsabilidades y tareas recaen en unos pocos.
En tal sentido, hay ciertas cualidades que pueden hacer que un equipo empresarial sea atractivo para los inversores de venture capital. Entre estas se tienen las siguientes:
– Todos están comprometidos con la idea y creen en ella como si no hubiera nada más o nada mejor en el mundo. El inversionista debe notar que se trata de personas dispuestas a llevar a cabo la iniciativa, ya que él pondrá su capital en juego.
– No solo en el arte se requiere altos niveles de pasión. Los emprendedores también deben demostrar, con sus acciones y con sus palabras, que aman lo que hacen.
– Conocedores: sin bien no todos deben ser expertos en el mismo ramo, debe tratarse de un equipo donde cada quien sabe lo que hace y sabe de lo que habla, de preferencia con formación y experiencia.
– En el mismo orden de ideas, también se valora el hecho de que sean equipos interdisciplinarios, pero con capacidad para actuar de manera conjunta, combinando sus talentos individuales de una manera sinérgica.
– Otras habilidades: no solo se trata de competencias técnicas; como se sabe, hoy día se habla mucho de habilidades blandas. En este sentido, se valora también la capacidad para analizar y resolver problemas prácticos, habilidades emocionales y sociales, para el buen funcionamiento del equipo, incluso la manera como gestionan los conflictos y enfrentan las amenazas.
– Un asunto interesante, que también señalan los expertos sobre el tema, es que los inversionistas valoran el hecho de que en el equipo haya emprendedores con experiencias exitosas previas.
Por supuesto, hay que presentar al equipo en su totalidad. No puede quedarse ninguno por fuera u oculto en la sombra, ya que el inversionista desea saber en manos de quién estará.
Mostrar la cara es sinónimo de confianza. Y en fases tempranas del emprendimiento, como ya se dijo, la mayor parte del peso está en el equipo y en su capacidad de hacer realidad lo que por ahora es solo idea.