A principios de 2023, en el marco de un acuerdo para promover el comercio bilateral, los gobiernos de Argentina y Brasil propusieron la creación de una moneda común, que facilite el intercambio entre ambos países. Asimismo, los mandatarios de los dos grandes del Sur invitaron a las demás naciones de la región a unirse.
Y aunque hasta ahora solo el gobierno de Venezuela mostró interés, esto ha resucitado el interés por la discusión acerca de si es factible la unificación monetaria en América Latina. A continuación conoceremos un poco más sobre los potenciales beneficios y desventajas de un proyecto de moneda común para LATAM.
Pros y contras de la unificación monetaria en LATAM
Con respecto a la propuesta de una unificación monetaria en América Latina, existen argumentos a favor y en contra, expresándose en algunos casos serias objeciones, al considerar que son muchos los obstáculos, dada la inestabilidad económica de la región, entre otros problemas. Veamos con detalle.
Argumentos a favor
Al exponer los argumentos a favor, los partidarios de la idea, de ahora y de antes, explican cuáles serían las ventajas de contar con una moneda única en LATAM. Entre estas, se mencionan las siguientes:
– Se podrían importar productos de las otras naciones latinoamericanas, sin necesidad de acudir a sus reservas internacionales en dólares.
– En el mismo orden de ideas, al saltarse el mercado de compra y venta de dólares, otra de las ventajas de una unificación monetaria es que implicaría una reducción en los costes de transacción. Esto es aún más beneficioso para países como Argentina, donde hay escasez de la divisa norteamericana.
– Se afirma que una moneda común contribuiría a incrementar y equilibrar el comercio entre países de la región. Por mencionar una comparación, en 2021 las importaciones de Brasil desde Argentina alcanzaron 12.000 millones USD, y desde Estados Unidos 39.300 millones USD. Pero, este panorama podría cambiar.
– Se piensa que, si los agentes comerciales de los dos países involucrados en el intercambio usan el mismo precio de referencia, pueden saber mejor a cuánto están vendiendo y comprando; y con un sistema de compensación, se podrían calcular quién tiene que retribuir al otro, por haber importado más de lo que exportó.
Argumentos en contra
En la apreciación del FMI, una moneda común, en este caso para Argentina y Brasil, no luce como una buena idea, ya que sus economías presentan muchas diferencias y ninguno de los dos es el principal socio comercial del otro, tal como se señaló.
De manera particular, se destaca que la inflación en Brasil es mucho más baja, no alcanzando los dos dígitos en promedio por año. En tanto que, durante el 2022, el IPC subió 95% en Argentina. Y esta misma nación tiene varios tipos de cambio diferentes.
Estos mismos argumentos se esgrimen cuando se habla de moneda común para toda la región. Al respecto, se afirma que Latinoamérica no está tan cohesionada económicamente como la zona Euro.
Y aún más, los expertos consideran que ni los intereses comerciales, ni los políticos ni los sociales de los países de la región van por el mismo camino; aunque en algunos casos puedan coincidir.
¿Qué se necesita para una moneda única en LATAM?
Como puede observarse, hasta los momentos no luce muy factible la unificación monetaria en América Latina. Ahora, la pregunta sería, ¿qué se requiere para lograrlo? Veamos los cuáles son los principales requisitos a cumplir:
– Una necesidad primordial sería que la mayor parte del comercio se diera entre los mismos países latinos. Esto aún no se cumple. Por mencionar un caso, en el comercio exterior de Colombia, menos de la mitad de las transacciones tienen lugar con sus vecinos de la región.
– La moneda común debe tener un valor más o menos estable (aunque ninguna divisa está exenta de sufrir volatilidad); para ello, se requiere superar el largo historial de inestabilidad política y económica que ha imperado en la región, y que condiciona sus monedas.
– Otro aspecto importante es que la nueva divisa debe nacer con un fuerte respaldo por parte de los bancos centrales de cada país. Sin embargo, se sabe que estos entes a menudo tienen dificultades con respecto a sus propias monedas nacionales.
– Sin duda, un aspecto puntual es que los países menos desarrollados económicamente deben avanzar, para ponerse a la par de los más grandes. No se puede comparar la economía de México con la de Bolivia, por lo que la igualdad cambiaria entre ellos sería más bien ficticia, cuando no inexistente.
– En el mismo orden de ideas, hay que trabajar en temas como déficit fiscal, balanza de pagos, inflación, tasas de interés, deudas y confianza de los inversionistas extranjeros, para que esto pueda a su vez transmitirse a la nueva moneda.
– De igual modo, se debe avanzar en materias como sistemas financieros integrados y armonizar en la legislación, tanto bancaria como en políticas cambiarias.
Ahora bien, de acuerdo con las investigaciones sobre el tema, la realidad actual de muchos de nuestros países permite afirmar que todos estos requisitos mencionados hasta aquí no se cumplen, por lo que aún es poco factible la unificación monetaria en América Latina.
El sur unido
El nombre para la moneda común propuesta por los gobiernos de Brasil y Argentina tiene un valor bastante simbólico: Sur. Pero, por ahora la idea no es hacer algo tan ambicioso como el euro. Más bien esta divisa se usaría para transacciones comerciales bilaterales, sin intención de sustituir al real o al peso. No obstante, de implementarse, puede ser un buen termómetro, para ver cómo funcionaría y así quizás otros países se puedan sumar a la propuesta.