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América Latina podría presentar un estancamiento en su economía en 2023

Los resultados de la región en 2022 fueron mejores de lo previsto por la CEPAL y la OCDE. Sin embargo, se piensa que América Latina podría presentar un estancamiento en su economía en 2023. Y los más afectados serían las economías grandes, como Brasil, México, Colombia y Argentina. 

2022: un año con crecimiento moderado 

Se creía que, en conjunto, América Latina podía presentar un estancamiento en su economía en el año que finaliza; pero, el rendimiento que tuvo la región en 2022 fue mejor de lo esperado, pese al complicado panorama mundial.

Así se desprende de un comunicado de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), organismo que informó que el año 2022 estaría cerrando con un crecimiento de 3,2%. Dicho porcentaje es incluso superior a lo que se había estimado en el mes de abril de este mismo año, cuando se pensaba que estaría cerca de 2,5%.

También para la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) la región superó de manera sorpresiva las expectativas que se habían previsto, si bien se considera un crecimiento moderado. Entre otros factores, el alza en la demanda de materias primas y, por ende, un aumento en las exportaciones, contribuyeron con esta situación.

Sin embargo, pese a ser una noticia positiva, el crecimiento de América está muy por debajo del 6,9% reportado en 2021 por el Banco Mundial. De modo que esta noticia se tiene que tomar con pinzas: es mejor de lo que se esperaba, pero también es menor que el anterior.

Economía de América Latina: posible estancamiento en 2023

Ahora, la pregunta es: ¿habrá un cambio en la tendencia? Al parecer, por lo que estiman los organismos mundiales, esta situación no se detendrá, ni se revertirá, sino que continuará el descenso en el crecimiento de la economía de América Latina, previéndose un posible estancamiento en 2023, con un crecimiento de apenas 1,4%.

La situación sería prácticamente la misma, sin mayores diferencias país por país. Aunque en algunos se notará más el impacto que en otros. Al respecto, se piensa que el crecimiento del PIB será inferior al de 2022 en las economías grandes de la región: Brasil, México, Argentina, Colombia, Chile y Perú. 

Todas ellas podrían tener un desempeño peor que el conjunto de la economía mundial, cuyo crecimiento global sería de 2,7%. De manera particular, el FMI prevé que Brasil aumente solo 1,0% en 2023, en tanto que para México las predicciones apuntan a un 1,2% en el mismo periodo.

Por otra parte, las economías que sufrirían la mayor desaceleración serían las de Colombia y Argentina, pasando de 8,1% y 4,4% a 1,2% y 0,5%, respectivamente. En tanto que Chile también bajará hasta un 0,5%. La única economía que al parecer se mantendría prácticamente estable sería Perú: 2,7% en 2022 y 2,6% en 2023.

Factores que podrían incidir

Se considera que son diversos los factores que podrían incidir para que América Latina presente una situación de estancamiento en su economía en 2023. Como primero y principal, se debe señalar que este es un síntoma de un problema mayor, ya que de manera global no se avizora un buen panorama: la inflación se ha elevado a niveles que no se habían visto en décadas, lo que está ralentizando el crecimiento en el mundo.

Tal situación ha obligado a los gobiernos a echar mano de medidas que pueden ser drásticas, como el aumento de las tasas de interés. Si bien se espera esto contribuya a combatir el problema, puede llevar tiempo; además, tales medidas también afectan la inversión y el consumo, lo cual se refleja, por supuesto, en el crecimiento.

Por otra parte, según las estimaciones, Asia sería el principal motor de crecimiento en 2023, mientras que la situación no sería tan favorable en Europa y Estados Unidos, donde se espera una fuerte desaceleración; precisamente, estos son dos de los principales socios, con quienes los países de América del Sur tienen gran intercambio comercial.

En tercer lugar, la OCDE prevé un endurecimiento de las condiciones financieras, así como el retiro de muchas ayudas fiscales y disminución de los precios de las materias primas; y  aunque en sus Perspectivas económicas este organismo no incluye una previsión para América Latina, no cabe duda que estas tendencias tendrán impacto en la región, complicando aún más la dinámica de sus economías.

De igual modo, las consecuencias del conflicto armado entre Rusia y Ucrania, relacionadas con el tema energético, han afectado negativamente al resto de Europa y, luego, el crecimiento global. 

En el ámbito fiscal, aún son altos los niveles de deuda pública en los países de la región; de hecho, la proporción entre la deuda externa y el INB llegó a 40,8% en 2020. En este contexto, son fuertes las demandas por gasto público. 

Por último, en cuanto a los factores que pueden incidir en el hecho de que América Latina presente un estancamiento en su economía en 2023, se encuentran la mayor aversión al riesgo y políticas monetarias restrictivas, que disminuyen los flujos de capital hacia los mercados emergentes. 

La única noticia potencialmente buena para 2023 es que China puede crecer más de un 4%, por encima del promedio mundial esperado (que es 2,7%, como se señaló). Incluso, se prevé que las principales economías emergentes de Asia representen la mayor parte del crecimiento del PIB mundial.

Esto podría ser alentador para algunos países latinoamericanos, que tienen un volumen importante volumen de negocios con el gigante asiático. De manera particular, Brasil, Perú y Uruguay destinan a China por encima del 30% de sus exportaciones de mercancías; y Chile hasta 40%. 

Algunas medidas a tomar

El aumento de los precios incide en la merma del poder adquisitivo, y esto se hace aún más notable en la población de menores ingresos. Por lo tanto, la recomendación de los organismos internacionales que se ocupan de la economía es combatir la inflación, como principal prioridad.

De igual modo, la política fiscal debe ir de la mano con la política monetaria, sin aumentar la carga de la deuda pública. Aunque los países de bajos ingresos tienen un alto riesgo de sobreendeudamiento o ya están en tal situación, y ahora las condiciones de financiamiento son más complicadas. 

También es fundamental atender la seguridad alimentaria, ya que todas estas situaciones, relacionadas con los altos precios, afectan la cadena de suministros y asequibilidad de los alimentos, y las personas más vulnerables son las que enfrentan mayor riesgo. Por lo tanto, se deben mantener los mercados abiertos y garantizar el acceso a productos básicos, así como brindar ayudas oportunas.No obstante todo este panorama, se espera que la toma de medidas surta efecto. Por lo pronto, se piensa que luego habrá un leve repunte en América Latina, donde se prevé un moderado crecimiento económico de 2,4% para 2024.

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