El despuntar económico del gigante asiático arrancó a finales de la década de los ’70, y no ha parado de crecer. Ya desde hace rato su PIB es mayor que el de la Comunidad Europea. Y no contentos con eso, ahora los chinos indetenibles quieren dominar los cielos con su avión de pasajeros C919. Veamos de qué se trata.
El primer fruto de COMAC
A finales de 2022, COMAC (Commercial Aircraft Corp of China Ltd) hizo entrega del primer avión C919. Esta empresa, fundada en 2008, cuenta con capital del gobierno central y de la ciudad de Shangái, en donde está ubicada, así como el aporte de AVIC (Aviation Industry Corporation of China).
La misma fue creada precisamente para generar una respuesta local en cuanto al transporte aéreo, y reducir la dependencia con respecto a los grandes fabricantes, como Boeing y Airbus, hasta ahora los mayores suplidores de la aviación comercial china.
Es oportuno señalar que el desarrollo del programa de esta aeronave comenzó en el mismo año 2008; el prototipo data de 2011 y el primer vuelo de prueba de mediados de 2017. Sin embargo, el calendario previsto no se cumplió a cabalidad.
El bautizo del C919 fue, como se mencionó, a fines de 2022, cuando la aeronave en cuestión hizo su primer vuelo oficial en un trecho corto (unos 50 kilómetros), desde el aeropuerto internacional Pudong, donde fue la entrega, hasta el de Hongqiao, ambos en Shanghái.
Esta primera unidad, así como las siguientes, estarán siendo operadas por la estatal China Eastern Airlines, a partir de la próxima primavera. Se prevé que en un plazo de dos años se entreguen otras cuatro a la mencionada aerolínea.
Se puede decir, entonces, que este es el primer paso de un largo camino, al final del cual se piensa que COMAC no solo compita, sino que reemplace a los fabricantes occidentales de aviones comerciales.
¿Qué tiene de especial el C919?
Pero, ¿cómo son estos aviones COMAC C919 con los cuales los chinos quieren dominar los cielos, por lo menos en los vuelos comerciales dentro de su país, en primera instancia? Veamos sus características.
El COMAC C919 se describe como un avión de fuselaje estrecho (se llama así a los que tienen cerca de cuatro metros de diámetro), con un pasillo único y con capacidad para 164 pasajeros en dos cabinas: una de clase ejecutiva y otra de clase turista. Es mucho menos que un Airbus, que puede transportar hasta 194 personas.
Está construido estructuralmente de aluminio. Los motores son de turbofán de tecnología china, aunque hay diversos componentes fabricados por compañías europeas. Se estima tengan una vida útil de 30 años o 90.000 horas de vuelo.
En cuanto a la autonomía, el COMAC C919 alcanza entre 4.075 y 5.555 km. Con esto también está por debajo del Boeing 737 Max, cuya autonomía es de hasta 7.130 kilómetros.
Entonces, ¿qué es lo que los hace especiales? Simplemente el costo. En un principio se pensó que su fabricación estaría alrededor de los 70 millones USD, aunque al final terminó costando 99 millones. Esto, sin embargo, es menos que los 111 millones del Airbus A320 y los 122 millones del Boeing 737 Max.
Una apuesta por el mercado local
Si bien la fabricante china anuncia que ha logrado captar un gran número de pedidos (más de 1000 aviones C919), los mismos se limitan a operadoras nacionales: aparte de la mencionada China Eastern Airlines, también se encuentran Air China, Hainan Airlines, China Southern Airlines, entre otras.
Hasta los momentos, COMAC no ha tenido mucho éxito tratando de persuadir a clientes internacionales de que compren su aeronave, a pesar del precio. Esto quizás se debe a que, tal como se mencionó, ellos mismos incumplieron en varias ocasiones con el calendario previsto para el despegue, lo cual puede generar cierta suspicacia.
Por lo tanto, el C919 parece estar destinado vuelos domésticos, dentro del mismo país. Pero no se crea que este es un mercado pequeño, sino al contrario. Recordemos que estamos hablando de la nación más poblada del mundo (por ahora) y la tercera en superficie.
Según estadísticas del sitio www.statista.com, se contabilizan unos 22,35 millones de viajeros chinos que se movilizaron por avión dentro de su propio país, en solo un mes (agosto de 2021); aunque esta es una cifra baja, ya que antes de la pandemia de COVID-19 se estimaba una media de 50 millones mensuales.
Así, pues, si el mercado internacional se resiste, seguiría siendo una ganancia nada más el hecho de que COMAC pueda sustituir con sus C919 una parte de los Airbus y Boeing, que suman 2.200 aparatos entre las principales aerolíneas del gigante asiático.
Los cielos también serán chinos
Pero, esto aún demorará un tiempo, incluso para conquistar su propio mercado en cuanto al espacio aéreo: COMAC espera estar produciendo unos 25 C919 al año para 2030; un ritmo bastante lento, si piensa en todo lo que debe reemplazar.
No obstante, sigue siendo un avance, si se piensa en un largo plazo. De hecho, son pocos los países que pueden decir que están en un proyecto de esta envergadura, para consolidar su industria nacional aeronáutica.
Y recordemos que, por otra parte, China está buscando alcanzar la independencia tecnológica con respecto a la fabricación de chips, donde también esperar competir con los occidentales. Así que están trabajando en varios frentes, para depender cada vez menos de Occidente.
Por lo pronto, los asiáticos hacen su apuesta y comienzan con pie firme su carrera por dominar el espacio aéreo, con el avión de pasajeros C919, aplicando su propia versión de la doctrina Monroe: los cielos de China, para China.